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lunes, 14 de abril de 2014

GAZTAIA 3. El queso y sus variedades.


La gran gama de quesos existentes hace imposible una clasificación única de los mismos.
Son muchas las características que los definen como la procedencia animal de la leche
usada, el método de elaboración, el grado de añejamiento o curado, la, su textura o su
contenido en grasa. A continuación se describen varios tipos, o características, de ellos.
La gran mayoría de quesos se identifican con la zona geográfica de la que proceden. En
Europa siguiendo un sistema similar al del vino, se regula a través de las "Denominaciones de origen", con las que se intentan proteger las variedades que se producen en una zona
determinada. Nosotros vamos a proponer otro criterio para su clasificación como es el
de la pasta o textura.

QUESOS FRESCOS
Los quesos frescos son aquellos en los que la elaboración consiste únicamente en cuajar y deshidratar la leche. A estos quesos no se les aplican técnicas de conservación adicionales, por lo que aguantan mucho menos tiempo sin caducar. El hecho de procesar la leche en menor medida hace que tengan sabores suaves y texturas poco consistentes.
Con estas características, son utilizados como ingredientes para ensaladas, como el queso de Burgos, uno de los más consumidos en España. En Italia el queso por excelencia en las ensaladas es la mozzarella, que se elabora introduciendo la cuajada de la leche en agua caliente, de tal forma que se van creando masas en forma de bolas por efecto de la temperatura. En ciertas zonas del sur italiano se consume la mozzarella a las pocas horas de su elaboración. La mozzarella también es el más utilizado como ingrediente de las pizzas, sin embargo, para ello se utiliza una variedad más deshidratada, que no corresponde a un queso fresco.
Incluimos también aquí los quesos de pasta hilada, como la mozzarella italiana elaborado
en origen con leche de búffala. Que muestran una consistencia semiblanda.

QUESOS BLANDOS
El queso tiene un estado natural sólido, sin embargo es posible obtener una textura más
Camenbert & Brie
cremosa aumentando significativamente la cantidad de nata, y por lo tanto de grasa.
Sin lugar a duda, son los quesos francés como El Camembert, o el Brie uno de los más famosos, característico por su corteza blanca florida, consumida junto al queso y que le da un toque de sabor amargo.
Sin olvidarnos de aquellos quesos cremosos utilizados para la elaboración de postres combinados pues con sabores dulces. El Mascarpone, muy usado en la elaboración de Tiramisús o el Quark también se usa en multitud de recetas de postre en la cocina alemana o austriaca.


QUESOS CURADOS
El curado de los quesos consiste en el añejamiento de los mismos, en un proceso en el que
se secan y adicionalmente se aplican técnicas de conservación, como el salado o el
ahumado. El tiempo necesario para considerar a un queso como curado puede variar de
uno a otro, pero en general se requiere un mínimo de año y medio o dos años.
Mercado Gouda
El proceso de curado hace que obtenga una textura bastante más dura y seca, así como que se incremente la intensidad de su sabor, propiedad muy deseada entre los amantes del queso. Sin embargo, muchas personas no toleran los sabores fuertes, por lo que es fácil
encontrar distintas variantes de curado para un mismo queso, catalogándolos normalmente como tiernos, semicurados y curados.
Ejemplos de quesos curados pueden ser el Manchego o el Gouda Sin embargo, este se suele exportar con un curado aproximado de medio año, mientras que en la Holanda se puede encontrar más añejo, pudiendo llegar a los dos años.
El Gran Padano y el Parmesano también se curan, pudiendo sobrepasar tiempos de tres años. Tienen una textura extremadamente dura, lo que facilita su consumo de forma rallada, como condimento o relleno de pastas italianas.

QUESOS DE PASTA DURA
La pasta de los distintos quesos depende de la temperatura y el periodo de madurez al que haya sido sometido el queso, los de pasta dura necesitan más tiempo y la temperatura es
más alta, en cambio en los de pasta blanda sucede lo contrario. Son compactos y quebradizos. Se mantienen a temperatura ambiente, en lugares frescos.
Por ejemplo los quesos para rallar, el Sardo y el Reggianitto. Los de mediana humedad, decolor blanco-amarillento, como los quesos de postre, son de pasta semi-dura, es el caso de nuestro Idiazabal.

Estos quesos se distinguen por la presencia de mohos, los cuales les dan sus colores
verdes o azulados. Quizá sea la variedad que más rechazo pueda causar a simple vista,
debido al color y al fuerte olor, que puede recordar al de la descomposición. Sin embargo,
su intenso sabor es uno de los más apreciados por los gourmets del queso.
Para conseguir la proliferación de los mohos hay que almacenar los quesos en lugares con
humedades muy elevadas, normalmente del orden del 90%. Excelentes lugares para ello han sido tradicionalmente las cuevas. Los mohos que proliferan en los quesos normalmente son del género Penicillium, en el que varias de sus especies reciben el nombre del queso en el que se encuentran, como el Penicillium Camenbertí (en la corteza del camembert), o el Penicillium Roquefortii, del queso roquefort. Una creencia popular totalmente falsa es que estos quesos contienen gusanos o larvas; el queso que los contiene es el queso de gusanos de Cerdeña.
Quesos azules
Uno de los frecuentemente llamados "rey de los quesos" es el roquefort, producido en las cuevas francesas de Roquefort-sur-Soulzon, según marca su denominación de origen
protegida. Otros quesos famosos por sus mohos son del Cabrales asturiano, el Stilton procedente de Inglaterra, o el Gorgonzola italiano, que puede encontrarse en una

variedad dulce (aunque ligeramente picante), y otra de sabor mucho más fuerte y picante.

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