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lunes, 4 de agosto de 2014

“EL VERDE PARA LAS VACAS….” ( y 2)

Ensaladas
         Se convierten en indispensables en la alimentación veraniega, desde las más sencillas a la más elaborada. Se pueden consumir frías o templadas, con verduras y frutas, legumbres y escabeches, con salsa vinagreta o de yogur. Las posibles combinaciones son infinitas. Son muy fáciles de preparar, y por su elevado contenido en agua y otros nutrientes esenciales para nuestro organismo, sacian nuestra hambre y sed de una manera apetitosa y contribuyen a mantener el cuerpo bien nutrido e hidratado.


         Un componente fundamental, aunque no imprescindible, de las ensaladas es la lechuga, se toma cruda por lo que es posible disfrutar de todas sus virtudes. Principalmente nos proporciona micronutrientes (minerales, vitaminas, etc.) y muy pocas calorías, apenas 15 por cada 100 g. Contiene  abundante cantidad de potasio (180 mg/100 g), que es un excelente diurético; aceptable cantidad de ácido fólico y hierro, otros minerales como calcio y magnesio, y muy poco sodio. Proporciona ciertas vitaminas como la A (en forma de carotenos), C y E, además de otros flavonoides con actividad antioxidante. La lechuga es una verdura que tiene abundante cantidad de fibra, lo que facilita el tránsito intestinal y ayuda a la hidratación debido a su alto contenido en agua, además contiene una sustancia llamada lactucario, que confiere a la lechuga propiedades calmantes y somníferas, por lo que es buena para conciliar el sueño.

         En general, la lechuga se consume en las ensaladas como acompañante de tomate y cebolla, entre otros ingredientes, se combina muy bien con los frutos secos (ricos en selenio), kiwis (contiene gran cantidad de vitamina C) o aguacate (rico en potasio). También puede ir acompañada de cereales como el arroz, que son buena fuente de hidratos de carbono o de pescado. Debemos aprovechar los productos que nos brinda esta época del año como la papaya, mango, espinacas, espárragos, pimiento, tomate, atún, bonito, etc. para completar nuestras ensaladas y elaborar platos sabrosos y nutritivos que nos hagan disfrutar mientras nos alimentamos.
         Para completar este refrescante plato es indispensable añadir un buen aliño, lo más habitual
es utilizar Aceite de oliva, que debido a su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados ofrece numerosas propiedades beneficiosas para el organismo, sin embargo, existen numerosas salsas que pueden ser utilizadas para este fin, eso es algo que depende de los gustos de cada comensal.
En definitiva, las ensaladas pueden elaborarse de infinitas maneras, solo dependen de la imaginación de cada uno.


Algunos ejemplos de ensaladas:
-       Ensalada verde.  Rápida de preparar y 
  muy nutritiva. Se pueden mezclar diferentes aceites (soja, oliva, maíz, girasol), distintos vinagres (manzana, jerez), hierbas aromáticas (perejil, ajo, orégano, albahaca) y frutos secos.

-       Ensalada mixta. Mezcla de sabores al unir vegetales con ingredientes de origen animal (carnes, pescados, huevo, queso, yogur). Es un plato muy nutritivo, rico en proteínas y bien combinado.

-         Ensalada energética. Combinar los vegetales con arroz, pasta, patata o legumbre es la manera idónea de convertir una ligera ensalada en un plato energético, además de nutritivo. Crudas, partidas en juliana o en trozos pequeños, rehogadas y mezcladas, dan un toque diferente al plato y un sabor original.

-         Ensalada de frutas. Combinación de los sabores vegetales y ligeramente amargos de algunas hortalizas, con el toque dulce y ácido de las frutas.


Actualmente existen numerosas variedades de lechugas, algunas de ellas son las siguientes: 
 ·     Romana: es el tipo de lechuga más extendido, tiene hojas alargadas, bordes enteros y nervio central muy ancho. No llega a formar un verdadero cogollo. Dentro del tipo romana podemos encontrar variedades como Valladolid, de color verde oscuro brillante y hoja de borde entero. Se cultiva principalmente para su recolección en invierno. Otra variedad es la Inverna, de color verde claro, hoja ancha y borde ligeramente dentado. Su producción se realiza en otoño y primavera (Ruver, Malegro, Romaestate) y en verano.
·     Minirromana: Es parecida a la anterior pero de menor tamaño y más uniforme. La variedad más comercializada es la Lincoln.
·    Cogollitos o “Little Gem”: son lechugas de hojas alargadas que forman un cogollo compacto, se cultivan variedades como la Ferro, Bambi, Cherry o Craquante.
·     Iceberg: Su origen viene de Norte América. Se recolecta ininterrumpidamente desde octubre hasta mayo. Es de hoja redonda y crujiente que forma un cogollo compacto. La variedad Salinas es la más extendida.
·        Trocadero: Es como la Iceberg, acogollada, pero de hoja suave, no crujiente.

·        Otras: entre las acogolladas están el tipo Batavia, de hoja redondeada y crujiente, las variedades Maravilla de verano es de color rojizo y Pravia o Indica de color verde claro. Entre las que no forman cogollo está el tipo Lollo rosso, de hoja roja con el borde rizado y textura suave. También hay de hoja roja y textura fuerte con borde ondulado llamado “Hoja de roble”. Existen variedades con el mismo tipo de hoja pero de color verde claro o dorado.

La lechuga se convierte por lo tanto, no solo en un producto que forma parte de exquisitos platos, sino también en un elemento decorativo.

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